martes, 22 de noviembre de 2016

Los primos..
Hay variedad, de 40, de 50, de 60, de 70, para elegir, a una de las primas se le ocurrió cumplir 50, muy oportuna ella porque no teníamos mucha oferta en ese rango de vida y como somos todos argentos, un poco de carne a la parrilla y nos reunimos otra vez.
Linda gente los primos, como siempre, el mismo abrazo, el mismo beso, la misma sonrisa, hay espacio para escuchar partes de sus historias para contar partes de las nuestras, sin encimarse con todo el tiempo, y va una broma y otra risa, y que lindo es sentirse entre iguales, no sé si lo saben pero tienen un master en respeto, te dan la libertad de ser vos, hablan desde la simpleza del que ha aprendido, respetan tus extrañezas, tus complejidades, tus diferencias, te honran al invitarte a su fiesta, no preguntan con quien vas, reciben a tu elegido con el respeto que brindan y quien te ha elegido es incluído sin reparos, sin reproches, sin falta de respeto, no opinan desde la soberbia del omnipotente que todo lo sabe y jamás se transforman en el fiscal de tu vida.
Te buscan y te regresan a la puerta de tu casa en sus autos, “que son veinte cuadras mas o veinte cuadras menos” te responden cuando les dices “dejanos por acá nomás”, así son los primos.
Horas compartiendo el tiempo sin espacios para necias envidias sin una palabra que ahonde tu herida, sólo compartiendo la vida, generosos los primos que invitan a la reunión a nuestros ancestros, los que anduvieron antes por aquí y nos dieron la oportunidad de hacer nuestra historia, aparecen de a poco los padres, los tíos, los abuelos, todo con afecto y con todo el respeto que ellos merecen.
Después de haber visto el sol pasando sobre nosotros y verlo ahora hundirse en los techos de la ciudad, tomando el último café juego a ver figuras en las primeras sombras del atardecer, comienzo a recordar sus gestos, sus voces y voy entrando en la tal vez ingenua idea, de ser un tipo con suerte, linda gente los primos……

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