miércoles, 22 de agosto de 2018


De la mentira y los espejos

La fina llovizna y el sudor ya no se diferenciaban en mi cara, otros diez kilómetros corridos con el placer de siempre, bajo el cielo gris de Londres, el habitual.
Ver el sol aquí es una alegría.

Apenas encontramos la que ha de ser nuestra casa en los próximos cuatro años, poco a poco, día a día,  fui dibujando en un mapa imaginario los tres circuitos de cien cuadras cada uno, que utilizaría para seguir corriendo detrás de no sé bien qué. Necesito hacerlo y esta ciudad, que es realmente bella, me incentiva. El  circuito del Támesis, hoy es mi preferido, las curvas y el rumor del río le dan un carácter  amigable a este lugar, desde el comienzo y hasta la mitad del recorrido mi mirada no se puede apartar del London Bridge, majestuoso, sólido, pura cepa británica. Luego de unos treinta minutos, respetuosamente corro sobre el puente buscando el margen derecho del río para regresar, faltan otras cincuenta cuadras todavía.

Es justamente sobre el puente cuando cada día mi pensamiento se dirige inevitablemente hacia Sir Francis.

- ¿De qué hablaremos hoy?
- Retomaremos la lectura de las andanzas de la señorita Cora.

Cortázar es su preferido,  tal vez ya comenzó otra lectura, Sir Francis pasaba de un cuento a otro todo el tiempo. Él es filósofo de Cambridge y ve el mundo de manera poco común, tiene respuestas nuevas a mis preguntas, espero cada lunes, ansioso su encuentro. Nos sentamos en el banco de plaza frente al río, sus dos manos siempre juntas tomando la lustrosa empuñadura dorada de su bastón, hoy, su mirada lejana sigue el andar de dos cisnes blancos y sus crías, una persecución  amorosa pienso. Esta vez Sir Francis me sorprende con una pregunta:

-¿Sabes algo de la Señora de  tu país?

- La he visto en mi último viaje Sir Francis,- respondí.
Se creía en Francia y me invitó a tomar el té en el salón de los espejos en el palacio de Versalles, últimamente todo es así, desde hace dos años casi no puedo hablar con ella, todo me suena incomprensible, como una gran mentira y siempre con ese espejo en la mano, se me hace intolerable, no sé si podré volver a verla.

-La mentira…la mentira, repetía Sir Francis mientras hamacaba su cuerpo lentamente.
Me miró pensativo y dijo:
-La mentira te va dejando  lentamente solo, poco a poco te va rodeando de locura y entonces sólo podrás dialogar con los espejos, sólo ellos dirán lo que tu locura quiera escuchar, ¿no crees?
Quedamos unos minutos en silencio, pensando en sus  palabras, como siempre lo hacíamos.

Luego, me sentí apresurado en el regreso, las palabras de Sir Francis me inquietaron. Entré en la casa, besé a mi mujer, subí con ella las escaleras y nos quedamos abrazados frente a la cuna, mirando dormir al niño. Una armonía perfecta. Los miedos se dispersaron hasta desaparecer, el tiempo se detuvo y ya no hubo otra necesidad.

Al rato, miré a mi alrededor sin buscar nada y me di cuenta que no había espacio para espejos en el cuarto.






Porqué Argentina no sale de ser un "paisito". 
El Senado de la Nación tiene que debatir si aprueba el allanamiento indicado por un Juez de la Nación, la supuesta delincuente quiere imponer condiciones al allanamiento !! , luego el oficialismo y una parte de los llamados "peronistas" se oponen al desafuero del posible delincuente por conveniencias electorales y corporativas, mismo caso que Menem, una vergüenza mas. Mientras tanto en el domicilio del posible delincuente se juntan "militantes" de la cámpora tomados de los brazos en un claro gesto de violencia y se dice que el Senado aprobaría una ley de extinción de dominio que no será retroactiva con lo que todo lo actuado por el gobierno K quedaría ahí como si nada hubiese pasado. Estas son cosas que pasan en los "paisitos", esos que ni siquiera llegan a ser emergentes, dónde los corruptos hacen sus fiestas.
Sembrador en el atardecer (de Vincent)