jueves, 5 de julio de 2018


En el invierno hace treinta y un años, sólo me quedó el río.

Entre el viejo y yo, el río

El rió marrón y el sol,
La música del oleaje suave golpeando la piedra,
Y los silencios, su entrega sin palabras,
Profunda desde el alma,
Te viví ahí y te comprendí después
Cuando sólo me quedó el río.
No hay tumba que pueda encerrar tu libertad,
En el río estás cuando te busco.
Donde escucho tu voz, donde encuentro tus ojos
Tu mirada de padre, ese fue tu regalo
Que me hace vivir feliz,
Conocí el amor apenas comenzado el camino.
Aquel amor que será lágrima hasta el final
Hoy vi al pescador y su vida mirando el río
Abrazando el sol.